Son muchas las madres que durante el curso están participando en este programa que nuestro Centro nos brinda. Aquí os dejo el comentario de una de ellas que ha querido compartirlo con la comunidad educativa.
Bueno, no sé
cómo empezar a contar el día que pasé con mi hija y todos sus compañeros.
Me hizo sentir que volvía a estar otra vez en
el cole. El aprender a escuchar, a respetar, a solucionar problemas,… tuve que hacer lo mismo que todos (ya que mi
hija así me lo hizo saber) y cuando se tuvo que escuchar, así lo hicimos,
cuando tocaba relajarse, me dejaron un
sitio en la mesa para que me echara en ella y cuando tocaba jugar, me tocó
contar al “pollito inglés”.
Desde mi experiencia personal, hago saber a todos los padres que sus hijos o
nuestros hijos están en buenas manos, ya que la persona que les guía en el
principio de su vida social, está
cualificada y comprometida, sobre todo
humanamente con nuestros hijos que son lo más preciado que tenemos, ya que
gracias a Dios tiene más energía que todos ellos juntos. Acabé agotada, después
del día de clase, porque no paran desde que entran hasta que salen.
Después de
todo cuando llegamos a casa Irene me dice: “¡mama vamos a jugar!” y le contesto:
“¿máaaaaaaas?”. Estos pequeños
personajes tienen pilas Duracel. De más, es decir que esos pequeños personajes
son increíbles, astutos, divertidos, ingeniosos,… que lo que aprenden en ese
ratito que nos sentamos en el suelo se les queda en su memoria. Les hacen
sentirse importantes por lo que han aprendido y nos lo cuentan como si ello
fuera de vital importancia.
Recomiendo a todos los padres y madres que probéis
un día de in-out y os sorprenderá lo que son capaces de hacer nuestros hijos cuando
nosotros no estamos. Gracias al cole por darme esta oportunidad y a Esperanza
por estar ahí con ellos, eres un referente.
Carmen
Crespo, mamá de Irene Sánchez.
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